La primera pregunta que surge es ¿Para quién? y en ese sentido se propone hacer un cambio de escala desde el acceso, este cambio se direcciona hacia la primera infancia, se propone modificar el tamaño de la apertura de la sala a manera de túnel y enfocar hacia dos de los elementos que componen la museografía, para este caso la obra “Una casita al sol” de Emilio Sánchez y la pieza de arte “Niño”. Rufino Tamayo. Estas decisiones tienen de fondo 1. Hacer mimesis sobre el “Niño” como elemento para reflexionar sobre las características físicas y emocionales que identifican a un niño y 2. “Una casita al sol” sobre la cual se recrea a escala la construcción de una casita a manera de prototipo que pueda ser traslado en otros espacios.

En su interior la sala presenta una subdivisión interna mediante un muro tabique que parte la misma en dos espacios de igual tamaño. La primera alternativa presentada es mantener el muro pero transformarlo como para activa de la nueva exposición. Sobre el reposan 3 obras, las dos primeras indicadas desde el acceso y una tercera al lado de la ventana de entrada al segundo ambiente. A su vez se ha proyectado un escenario que sirve para dar topografía y como elemento que invita a recorrer.